lunes, 10 de agosto de 2009

Friendship


Cumpleaños. Muchos rubios canaritos dancing queen, y música conocida por Elle, en claro retro way.
En algún momento, había 4 personas en el baño. Léase, tres amigas y el marido de la que estaba vomitando, alma mater de la fiesta que horas antes había asegurado:
” Yo ya no me emborracho más, hace años…” ante la azorada mirada de Elle que cerca de navidad juntó muchas - muchas means más de 20-, botellas cuyo etiquetado contenido alcohólico había contribuído a vaciar entre otros la ahora abstemia rubia de años.

Las dos amigas mantenían cara de estar mirando alguna obra minimalista, manos en la espalda de quien hablaba con el blanco dios de porcelana, dándole alentadoras palmaditas, mientras el marido se tomaba la cabeza e intentaba obtener respuestas que nunca llegarían:

“-¿Estás bien?”

No. No estaba bien, y persistía en llamarlo a Hugh, un viejo conocido. (Huuuuggh! Hughh!)

Las amigas, que hace rato habían pasado los 30, y tenían una larga historia de fiestas y magic moments compartidos, se limitaban a sonreír y la visión de un cuerpo doblado bajo el botón del inodoro despertaba regards:

“-Te acordás que yo si me sentía muy mal, iba al baño, me metía los dedos y volvía a los cinco minutos espléndida?
-Si querida, siempre te envidié por eso. Yo tenía que aguantar la resaca hasta el domingo a la tarde.”

Por fin, la rubia de bucles leonados terminó el ritual, se incorporó, miró alrededor y preguntó a sus amigas con una mueca molesta:

“-Chicas, ¿Quién es este tipo?”

Mientras Elle y Miss Ingtime reían comprendiendo que la amistad es una cuerda de la teoría M que no se rompe nunca, la leona tenía más para decir:

“¡Sáquenlo de acá!”

Y en una síntesis teórica antes de caer desmayada, añadió:

“Mezclé…”

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