jueves, 23 de diciembre de 2010

Xmas KMAS

Justice


Este poema fue escrito por Paul Eluard en 1942.

En los 70 lo cantaba "Canto popular".


Hoy Elle lo recuerda en homenaje a los desaparecidos y sus familias, a los detenidos, a quienes la dictadura militar les arruinó el futuro.

Después de 34 años los personeros de la muerte van por el resto de sus miserables vidas a la cárcel común.

Se hizo justicia.



Libertad


"Por el pájaro enjaulado.

Por el pez en la pecera.

Por mi amigo, que está preso

porque ha dicho lo que piensa.


Por las flores arrancadas.

Por la hierba pisoteada.

Por los árboles podados.

Por los cuerpos torturados

yo te nombro, Libertad.


Por los dientes apretados.

Por la rabia contenida.

Por el nudo en la garganta.

Por las bocas que no cantan.


Por el beso clandestino.

Por el verso censurado.

Por el joven exiliado.

Por los nombres prohibidos

yo te nombro, Libertad.


Te nombro en nombre de todos

por tu nombre verdadero.

Te nombro y cuando oscurece,

cuando nadie me ve,

escribo tu nombre

en las paredes de mi ciudad.


Escribo tu nombre

en las paredes de mi ciudad.

Tu nombre verdadero,

tu nombre y otros nombres

que no nombro por temor.


Por la idea perseguida.

Por los golpes recibidos.

Por aquel que no resiste.

Por aquellos que se esconden.


Por el miedo que te tienen.

Por tus pasos que vigilan.

Por la forma en que te atacan.

Por los hijos que te matan

yo te nombro, Libertad.


Por las tierras invadidas.

Por los pueblos conquistados.

Por la gente sometida.

Por los hombres explotados.


Por los muertos en la hoguera.

Por el justo ajusticiado.

Por el héroe asesinado.

Por los fuegos apagados

yo te nombro, Libertad.


Te nombro en nombre de todos

por tu nombre verdadero.

Te nombro y cuando oscurece,

cuando nadie me ve,

escribo tu nombre

en las paredes de mi ciudad.


Escribo tu nombre

en las paredes de mi ciudad.

Tu nombre verdadero,

tu nombre y otros nombres

que no nombro por temor.


Yo te nombro, Libertad."

miércoles, 24 de marzo de 2010

Never more




Tenía coronita.
Era alto, simpático y solía llevar un gorro de marinero que era la envidia de los otros compañeros de clase.
El 25 de mayo Bruno, de primer grado, fue durante un ratito el abanderado, ante los murmullos risueños de la platea de padres y abuelos que fueron al acto.
Era mayo de 1977 y Bruno era hijo del militar que había donado la bandera nueva del colegio.
Si pocas veces vi a las monjas felices, ese fue uno de los momentos kodak.
Ese y cuando festejamos el mundial 78, que todo el colegio hacía rondas, “25 millones de argentinos jugaremos el mundial” sonaba en los patios y los más chiquitos corríamos por las escaleras sin que nadie se fijara demasiado.
Bruno se fue repentinamente a algún lugar de la patria donde trasladaron a su papá, pero los desfiles y la música militar continuaron en el colegio toda la primaria.

Yo iba a los actos por el pancho y la coca.
Como tenía pánico escénico y odiaba actuar, mi mamá me sobornaba con el pancho y la coca. Además de todo eso de que era obligatorio y la doble falta y no muchos argumentos más.
Quiero aclarar que en mi casa jamás comíamos panchos y para tomar siempre había jugo naranja. Gaseosa sólo en los cumpleaños y fuera de eso no veía una coca ni pintada.

Al parecer, mi familia pasó los años de la dictadura adentro de un cuaderno de Sarah Kay, considerando que tuvimos una empleada doméstica inflitrada para denunciar a unos vecinos del pasillo, a quien sin ningún disimulo pasó a buscar un patrullero una tarde una vez cumplida su misión.
Años después, al hacerse pública esta historia, mi madre parecía despertar de un sueño pesado.
Y papá, también en la nube, empezó a sospechar que algo andaba mal recién allá por la guerra de Malvinas.

Pero el tupperware siguió en el colegio.
Llegó la democracia y en las clases de historia mucho Rosas, unitarios y federales, nunca Perón ni el Che.
Evita había una sola y era pecado-originalista.
“El Nunca Más no es un libro para los jóvenes” dijo una monja y ahí fuimos y lo leímos a escondidas.

Más grande, sobre el horror aprendí de golpe. Leí los libros más diversos y vi las consecuencias del exterminio. Conocí mucha gente con una sombra de esos años. Gente marcada por el brazo siniestro que se llevó sus familiares y amigos.
Estuve en un centro de estudiantes integrado por 10 personas, de un total de 15.000.
(Del padrón de 15.000 estudiantes de la facultad, 10 tomaban las decisiones por todos!)

Hoy mismo, a esta hora, Clarín y La Nación online no aluden al día de la Memoria.
Dan vergüenza, no?

Hoy no trabajo.
Hoy quiero recordar.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Spontaneous Combustion


Hay un nuevo combustible espiritual, parece.
Ademas de “no te estreses”, “para ser feliz se necesita ser feliz” y meditación express (cambie los 20 minutos de estar zombie en la cama por repetir un mantra sentado a lo chinito –zombie- cuando recién se levanta) el combustible espiritual consiste en desechar el ego, bajo la presunción de que “El ego” es el peor enemigo que un ser humano puede llegar a tener.
Solapados por el momento la gripe A y el dengue, el enemigo vive dentro nuestro desde que tenemos conciencia.


Say more:
Hay que diferenciar entre “el Ego” y “la Autoestima”.
El ego es malo y la autoestima buena.
Habría que ver de qué instancia del aparato psíquico proviene la autoestima en este caso.
Ah, este modelo no supone la integración de ningún aparato psíquico, cierto.
Del alma? Del hipotálamo? De los glomérulos de Malpighi?
Yo conozco gente que mide la autoestima por los sms que recibe. Y otra accede a ella por la lista de ex parejas, who knows…

Según el autor, darle el comando al ego, equivale a vivir bajo la tiranía y el dominio de… un niño de cuatro años!
No conocemos sus hipótesis de investigación, pero el autor ha descubierto que los niños de cuatro años son peligrosos.
Me puse a pensar cómo sería el mundo si desoyéramos estas sabias afirmaciones y diéramos rienda suelta a nuestros salvajes “egos”.

Yo sería feliz pintando libritos de Barbie a troche y moche.
Si otro ego se aproximara para proponerme ser su novia, le diría sin dudar demasiado:
“- Mi papá no me deja, Felipe.” Y seguiríamos jugando en la placita.
Nada de corazones rotos!

No sabría leer ni escribir, lo cual me ahorraría un sinnúmero de disgustos al no poder leer los diarios y mi compulsión consumista se vería acotada a las vitrinas del kiosco y a los juguetes de Mc Donalds.
Jamás iría a terapia, ya que la frase “Donde el Super Yo era, el Yo debe advenir” no puede ser más que iatrogénica y malintencionada.

No tendría celu ni obligaciones laborales, y dar la vuelta manzana en bici sería una buena aventura cada día.

¿No es tentador?

Me quedó una gran pregunta sin resolver después de hojear el libro.

La noción de Dios en esta cultura implica que es omnisciente y omnipresente.
Digo yo, (aguante el ego!) si Dios sabe todo y está en todas partes, ¿ por qué el autor decide darle gracias por escrito en el primer párrafo de su libro? No sabe acaso Dios cuán agradecido está Ari Paluch?

Y, la continuación del enigma: ¿ Por qué si alguien hace un pastiche de creencias sobre reencarnación, evolución, meditación, “espiritualidad” , “luz” (*1) y toda una serie de certezas (*2) sospechosamente simplistas, unidireccionales, poco resistentes a análisis formales de egos mucho mayores de 4 años, es un best seller de cabotaje?

¿Tan mal estamos?


Para terminar, las palabras de Francisco (4) al conocer un Tatú mulita:
“- ¿Y dónde están los tatuajes, tía?”






1- No hablamos de física sino de un manto de algo que se lanza sobre cualquiera que critique y que por lo tanto es del bando de los malos.
2- Item principal junto a las alucinaciones auditivas para arribar a famoso diagnóstico.

martes, 5 de enero de 2010

Sexy y barrigón


Mi madre tomando mate en la mesa de la cocina.
Una imagen común sino fuera porque junto a ella estaba sentado mudo el electricista.
Y porque ni se dieron cuenta de mi presencia, tan ensimismados los dos con esa película de Sandro…
Mamá, el electricista, Sandro. Too much.

Esto fue hace unos años. El electricista es mormón lo cual lo vuelve formalmente incompatible con los amores de mi madre, pero el hecho es que anoche, en plena sandrización de la pantalla, recordé esa escena religiosa que por alguna razón escapaba de mis previsiones estéticas y que hacía que dos señores con sus años disfrutaran un momento mágico.

Como hace un calor derritiente, baboso y combustible, no me podía dormir y me puse a ver el Máximo Recital de Sandro.
La suma de lo hallado fue agradable:

Charming, sex appeal, sentido del humor, ironía, inocencia, franqueza, desnudez.
Seducción artesanal, no deportiva. Mucho bordeaux, champagne, entorno kitsch y por momentos queer, Sandro pasaba de ser un macho imponente a una drag queen apenas disimulada en dos canciones.
Es lo que hace genial un acto artístico. Cuando se mezclan categorías que exceden la escena misma y enriquecen su humilde propuesta original. Por suerte a este blog no lo lee mucha gente más que el Loro Sosa y no tendré que dar explicaciones acerca de llamar drag queen a Sandro de Crónica y de América.

El tipo bailaba, cantaba, lloraba, gemía, se olvidaba las letras. Le tiraban bombachas, corpiños como besos. Y a esa tromba agitada de efusión sexual casi devoradora, el las llamaba nenas…
Mis nenas.
Un genio. Nadie pensaría en acostarse con una nena, amigos.
Era como permitirles jugar con el, a las gatas y el valiente despereaux.
Voy a confesar que una vez le regalé a P. el Tributo a Sandro (Un disco de rock) con la única intención de que escuchara "Por ese palpitar" y (me) registrara. Funcionó! Claro que sí.
Con P, tuvimos mucho de "Tengo", "Quiero llenarme de ti" y "Dame fuego".
Y después (damn it!) tuvimos "Penas" y "Así"... chin pum.

Sandro, ahora muerto ilustre de la Nación, desparramó sweet honesty, caricias musicales, resignó el costado Elvis y el leopardo dorado, pero si hubiera podido verlo, creo que disfrutaría su propio funeral.

Llegó al 2010, peleó con la bacteria iraquí, comió puré…
Lo queremos.
Qué más?
Mis condolencias a las nenas.

sábado, 2 de enero de 2010

Holiday Inn



Después de un instructivo recorrido por varias agencias de viajes, me senté a estudiar las opciones, con la secreta sospecha de que ningún viaje glamoroso lograría cumplir mis expectativas.

Con el lóbulo frontal azul marino, y el temporal dorado de tanta postal playera, moví la sombrilla que flameaba en el hipotálamo y entre la montaña de folletos y las promesas de vacaciones “soñadas” – por la raíz cúbica del gogol, cómo detesto ese adjetivo- , una voz interior se sacudió la arena y dijo: “- Qué carajo querés, Elle?”

El piloto automático respondió. “Bueno… quiero trabajar menos, hacerme un peeling la semana que viene, echar a la empleada, ser amiga de Aurora Venturini, mandar a X a la mismísima misma, quiero que me germine el meloncito…”

Ahorrando la enumeración de importantes intrascendencias que se hacen llamar mis deseos más profundos, no me atreví a pronunciar la ugly truth que pugnaba por cantar chin chón y dejarme en menos diez.

Sabemos que a veces la verdad es lo que más ofende, pero no por eso le quitemos la posibilidad de brillar, la armonía de haber llegado a sobresalir entre tantas ideas aledañas, esa idea que esta semana fue la más linda de (tu) barrio.

Intentando distraer momentáneamente una acción cuyo resultado sería bastante desfavorable, dejé correr el google earth posible:
Punta Cana, Cancún, Acapulco, Perú (única manera de llegar al Macchu Picchu, fingir un coma 3 y que algún alma buena me cargue), cruceros no porque no puedo bajarme cuando quiero y no me gustan los peloteros gigantes para adultos.
Chile, mhh, podría ser…
Y así pasaban las postales, foráneas, argentas, acá nomás, la playa, el club… la pelopincho…

Me imaginaba la apacible estadía, el mar, el daikiri, la música de ABBA, todo iba bien hasta que aparecía alguien, nítida e invariablemente en la composición vacacionera: Yo.


Por eso, si alguien sabe de algún paquete de turismo que incluya VACACIONES DE UNO MISMO me avisa.
Eso es lo que necesita Elle, ma´friends.

De momento, la solución que encontré es comprar un ticket all inclusive a la Conchinchina y por supuesto… no ir !!!!