miércoles, 10 de marzo de 2010

Spontaneous Combustion


Hay un nuevo combustible espiritual, parece.
Ademas de “no te estreses”, “para ser feliz se necesita ser feliz” y meditación express (cambie los 20 minutos de estar zombie en la cama por repetir un mantra sentado a lo chinito –zombie- cuando recién se levanta) el combustible espiritual consiste en desechar el ego, bajo la presunción de que “El ego” es el peor enemigo que un ser humano puede llegar a tener.
Solapados por el momento la gripe A y el dengue, el enemigo vive dentro nuestro desde que tenemos conciencia.


Say more:
Hay que diferenciar entre “el Ego” y “la Autoestima”.
El ego es malo y la autoestima buena.
Habría que ver de qué instancia del aparato psíquico proviene la autoestima en este caso.
Ah, este modelo no supone la integración de ningún aparato psíquico, cierto.
Del alma? Del hipotálamo? De los glomérulos de Malpighi?
Yo conozco gente que mide la autoestima por los sms que recibe. Y otra accede a ella por la lista de ex parejas, who knows…

Según el autor, darle el comando al ego, equivale a vivir bajo la tiranía y el dominio de… un niño de cuatro años!
No conocemos sus hipótesis de investigación, pero el autor ha descubierto que los niños de cuatro años son peligrosos.
Me puse a pensar cómo sería el mundo si desoyéramos estas sabias afirmaciones y diéramos rienda suelta a nuestros salvajes “egos”.

Yo sería feliz pintando libritos de Barbie a troche y moche.
Si otro ego se aproximara para proponerme ser su novia, le diría sin dudar demasiado:
“- Mi papá no me deja, Felipe.” Y seguiríamos jugando en la placita.
Nada de corazones rotos!

No sabría leer ni escribir, lo cual me ahorraría un sinnúmero de disgustos al no poder leer los diarios y mi compulsión consumista se vería acotada a las vitrinas del kiosco y a los juguetes de Mc Donalds.
Jamás iría a terapia, ya que la frase “Donde el Super Yo era, el Yo debe advenir” no puede ser más que iatrogénica y malintencionada.

No tendría celu ni obligaciones laborales, y dar la vuelta manzana en bici sería una buena aventura cada día.

¿No es tentador?

Me quedó una gran pregunta sin resolver después de hojear el libro.

La noción de Dios en esta cultura implica que es omnisciente y omnipresente.
Digo yo, (aguante el ego!) si Dios sabe todo y está en todas partes, ¿ por qué el autor decide darle gracias por escrito en el primer párrafo de su libro? No sabe acaso Dios cuán agradecido está Ari Paluch?

Y, la continuación del enigma: ¿ Por qué si alguien hace un pastiche de creencias sobre reencarnación, evolución, meditación, “espiritualidad” , “luz” (*1) y toda una serie de certezas (*2) sospechosamente simplistas, unidireccionales, poco resistentes a análisis formales de egos mucho mayores de 4 años, es un best seller de cabotaje?

¿Tan mal estamos?


Para terminar, las palabras de Francisco (4) al conocer un Tatú mulita:
“- ¿Y dónde están los tatuajes, tía?”






1- No hablamos de física sino de un manto de algo que se lanza sobre cualquiera que critique y que por lo tanto es del bando de los malos.
2- Item principal junto a las alucinaciones auditivas para arribar a famoso diagnóstico.

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